lunes, 31 de diciembre de 2012

Despedida... y promesas

En ocasiones hay que detenerse, y dedicar un tiempo a cuidar pequeñas cosas que dependen de uno. Este año casi he logrado que no me ganara el tiempo.

Debía, como todas las temporadas, buscar un día para podar, es una tarea que lejos de resultarme fastidiosa la considero reconfortante. Concentro mi atención en las necesidades de cada planta, donde tantas veces sólo nos miramos a nosotros mismos, sirve de catarsis desviar la mirada y descubrir qué es lo que le sobra a cada una, y que le ayudará a renovarse con fuerza y vigor. Me siento un poco escultora de la Naturaleza, modelando la forma que tomará, si todo va bien, cada una, aunque con frecuencia demuestran voluntad propia y brotan de forma diferente a la planificada.

Es un buen momento para reflexionar, para liberarnos de aquello que puede, como a ellas, entorpecer nuestro crecimiento y nuestra proyección. Me gusta detenerme al finalizar cada año.

He recogido el último regalo de una de ellas, cuando ya pequeños brotes sirven de promesa a lo que debe llegar, quizá no la mejor de cuantas ha hecho, pero sí de las más valoradas.




En otro rincón, un curioso ejemplo de plenitud, un rosal antiguo, al que sólo riego y alimento, sin más cuidados, hace semanas que ha decidido agradecerme generosamente la libertad que le otorgo contradiciendo cualquier ciclo de floración establecido: es un rosal de invierno y primavera. También las personas damos lo mejor de nosotras mismas cuando se nos cuida pero se nos deja libres. Me recuerda lo que debe llegar en el jardín en unos meses.



Os deseo que vuestro Año se llene de sueños y promesas cumplidas.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Experimentar

Considero un importante objetivo disfrutar con la fotografía, con el proceso, con la búsqueda, no sólo con los resultados, generalmente una lleva a los otros si las condiciones son propicias. En este paseo fui desgranando motivos otoñales, como apuntes de campo para visitas más óptimas, y me dejé llevar jugando con la luz en algunos rincones.

Al llegar a mi objetivo, un hermoso remanso del río, medio oculto al final de un camino que parece extinguirse, quedé admirada, una hermosa alfombra de hojas doradas y marrones, limpia y recién extendida se abría ante mis pies hasta el agua que la acariciaba.

Dediqué unos minutos a contemplar la hermosa escena, recreándola con otras posibles luces, y me acerqué al agua, que jugaba con las hojas y los juncos. Absorta como estaba, tomando imágenes de aquel juego de elementos, no reparé hasta transcurrido un rato que un curioso murmullo me acompañaba, me giré y mi sorpresa aún fue mayor, una increíble lluvia de hojas caía a mi espalda, traté de recogerla, pero el resultado no hacía justicia a cuanto yo experimentaba.

Continué mirando al agua, veía algo y conseguí, creo, detenerla, ante mis ojos se zambulló una ninfa.



lunes, 26 de noviembre de 2012

El guardián de la nada

La lluvia me envolvía, y cubría con un velo cuanto me rodeaba.

Por lo general no suelen confluir los momentos en que la Naturaleza y la Luz se alían y la oportunidad de salir a intentar atraparlas, en esta salida tuve bastante suerte, buscaba poder atrapar la neblina que se iría perdiendo conforme avanzaban las horas, pero en su lugar encontré un manto de fina lluvia.

Resulta mágico cómo se transforma un paisaje que conoces bien con la presencia de las nubes que lo pintan a su antojo, tan sólo contemplarlo ya me supone dar por buena la salida, si además puedo atraparlo con la cámara, la desconexión es completa.

Hay imágenes cuyo valor es puramente emocional, otras permiten detener instantes hermosos o terribles, y en algunas no hay nada excepcional, pero aun así no carecen de Belleza. Todos antes o después perseguimos la imagen perfecta, el instante de Luz diferencial, el rincón no mostrado, y cuando apenas rozamos la supuesta perfección caemos en relativizar y relegar cuantas miradas menores tomamos con anterioridad. Pero creo que es un error. Hay momentos tremendos, irrepetibles, y otros más cotidianos, pero no exentos de encanto, sin unos no existirían los otros.

Aun así la Búsqueda de lo soñado siempre permanece...




lunes, 19 de noviembre de 2012

Manto

Quizá engañé a quien preparó las nubes, aun llevando conmigo la cámara no era el día en que había planeado salir, pero cuando vi el cielo supe que era el momento.

Buscaba poder recrearme en la niebla, pero en su lugar me acompañó una suave y envolvente llovizna, cubrió de una luz especial el paisaje, y me dejé iluminar...

lunes, 12 de noviembre de 2012

Brecha

Las oportunidades se presentan, no lo pensé, cuando vi llegado ese momento tomé la cámara conmigo.

Era un paseo imprevisto a un lugar muy interesante, de forma natural la tremenda salinidad de la tierra en ese paraje, rico también en hierro, forma unas caprichosas formas cuando es atravesado por un pequeño río. Las recientes lluvias jugaban también a crear arañazos en la corteza salada.


viernes, 2 de noviembre de 2012

Búsqueda


Los momentos se dan y aunque la luz no sea la más propicia, es preciso desarrollar aún más la creatividad para aprovecharlos al máximo. Al ser la luz tan radiante, de forma tan radicalmente opuesta a lo que buscaba yo en esta salida otoñal, me centré en plasmar el color exuberante en primeros planos.


A pesar de todo, en mi búsqueda se me permitió un pequeño obsequio: escondidos, o quizá olvidados, algunos pequeños racimos asomaron ante mis ojos cuando me incliné ante su morada.


lunes, 1 de octubre de 2012

Dulce










Ha permanecido en mi jardín sin decidirse a mostrarse durante años, este verano, al fin, la azucena despertó y pude admirar su dulce belleza y disfrutar su perfume. Era hermosa, pero cuando el sol la acarició aún resultó más bella. Esa misma noche comenzó a  marchitarse, para dejar paso a otras, como ella, de belleza efímera.

Disfruto observando cómo fugaces rayos de luz dan pinceladas caprichosas y transforman cuanto rozan, aportando un encanto especial a humildes plantas o al eterno cielo. Entreno la mirada.

viernes, 10 de agosto de 2012

Selene

Llevaba días esperándola, y acudió puntual a su cita, incluso con antelación a lo pactado. Esperaba verla aparecer en el punto perfecto, pero esquiva, apareció silenciosa donde quiso.

Hace tiempo que no dejo las salidas al azar, y la luna llena en aquel lugar era algo meditado. Aunque vigilaba su salida no pude salir a la hora perfecta, pero no quise arriesgarme a esperar un día más por si la bruma y las nubes me impedían conseguir la imagen que buscaba.

Conforme llegaba al sitio me repetía que ella no estaba en el lugar adecuado, pero a pesar de todo quise aprovechar al máximo el tiempo de que hacía mucho que no disponía. Tras algunos exprimentos, y gracias a la experiencia de un gran amigo, conseguí algún resultado aceptable




Estaba demasiado lejos, y como tantas otras veces, para conseguir cosas buenas es imprescindible acercarse, no me importa arriesgar. Casi mojando el trípode conseguí su mejor pose



Fue una hermosa noche y un hermoso encuentro. A mi pesar me despedí de ella y de su luz plateada, hasta otra ocasión....

jueves, 28 de junio de 2012

Hitos

Nuestra existencia es lineal, pero tiene mucho de cíclica. Numerosos momentos se suceden, pero otros muchos retornan de forma inexorable, hay algunos que quisiéramos que nunca se alejaran, pero se esfuman y no vuelven a presentarse y hay instantes que puede parecer que se hayan vivido mil veces.

Tenemos en nuestra memoria un enorme pasado, retazos que a veces afloran de forma aparentemente caótica y sirven como atalaya en que pararse a reflexionar sobre el transcurrir de la existencia, permitiéndonos ser conscientes de cómo evolucionamos. Canciones que desde hace décadas dejaste de escuchar y te catapultan de repente al pasado, lecturas que has retomado con ilusión cambiante, fechas o aniversarios que se repiten, pero que pueden llegar a vivirse de forma completamente diferente.

A veces son simples retazos con los que tropiezas, y te hacen ser consciente de cómo has evolucionado, para bien o para mal, desde aquel instante.

Sin embargo, antes y ahora, persiguiendo sueños.




sábado, 2 de junio de 2012

Evolución

La luz y el tiempo transforman las cosas. Quise apresarlos cuando cincelaban esta suave inflorescencia y los detuve de forma intencionada partiendo de la oscuridad, pura metáfora, ¿cuál está en plenitud?






martes, 22 de mayo de 2012

Pinceladas de luz

No voy a detenerme en la cantidad de aspectos comunes que tienen Fotografía y Pintura, pero en los instantes que os muestro no pude dejar de acordarme de los Impresionistas. Su afán por inmortalizar la luz, tal cual, dándole primacía sobre otros aspectos de la obra siempre me resultó, por los resultados, algo digno de gran admiración. Probablemente muchos de estos magníficos artistas hubieran sido fotógrafos, además de pintores, si les hubiera sido posible.

Durante un paseo junto al río jugaba con las ondulaciones del agua frente a los juncos impasibles, cuando una nube vino a transformar por completo lo que contemplaba. De forma increíble la paleta cromática cambió.






Sin ser grandes imágenes sirvan como humilde tributo a los que dedicaron horas a apresar la luz con sus pinceles.

viernes, 11 de mayo de 2012

Perspectivas

Mi cámara... Lástima.

Nada más bajar del coche miro el rosal y descubro algo que inmediatamente capta mi atención, qué escarabajo más hermoso.

Qué rabia perder una imagen así pero no es el momento adecuado para ir a buscar la cámara, aunque sé que el escarabajo incluso dormirá en la flor si no es molestado. Comienzo a darle vueltas al asunto y decido, a pesar de todo, atraparlo con lo que llevo a mano, pongo a prueba la cámara del teléfono.

El resultado, con algún mínimo ajuste, no me desagrada.



Qué distinta puede llegar a ser la mirada y apreciación de esta imagen por un jardinero, preocupado en mantener intacta la belleza de las flores, y un aficionado a guardar miradas, atento a cualquier mínimo detalle.

martes, 24 de abril de 2012

Miradas...

Antes y después....

En los lugares hermosos es más fácil hacer una buena foto, pero lamentablemente muchos no están al alcance de cualquiera, o no lo están tan frecuentemente como desearíamos. Ya es un tema que he comentado algunas veces con un viejo amigo. Pero también es cierto que en los lugares cercanos, y no tan espectaculares, se aprende mucho más, se aprende a encontrar los mínimos detalles que pueden llegar a justificar una salida, se educa la mirada.

Tengo la suerte de vivir a escasos metros de un río, pero también la desgracia de que siendo tan hermoso en su nacimiento el "desarrollo" provocado por el Hombre hace que cuando me pasa cerca lo hace en un entorno tremendamente degradado, ha perdido gran parte de su encanto en su viaje.

Pero no me resisto a visitarlo, para, al menos, no olvidar en periodos largos de inactividad cómo se tomaba una imagen.

Me llevó poco tiempo localizar de nuevo alguno de los escasos lugares que pueden revestir interés y además son accesibles sin demasiada vestimenta específica. Pensé de qué forma mi mente ya sabía qué imagen quería crear, pero esta vez quise también atrapar la base de la que disponía:




Encontrada ya la materia base extraje el filtro de 10 pasos que iba a posibilitar la transformación de la realidad en otra realidad buscada, y quizá más hermosa. Tras varios ajustes y lógico procesado posterior esta es la única imagen que se muestra habitualmente:




Quizá antes cuando afirmé que en lugares hermosos es más fácil hacer una buena foto dejé escapar a propósito la verdadera realidad. Porque lo difícil es no hacer únicamente la postal, sino algo más...

El tema da para mucho.

lunes, 2 de abril de 2012

Turbulencias




Tras la tempestad siempre antes o después llega la calma. Unos cuantos kilómetros de costa y un par de meses separan estas dos imágenes. El momento vital muy parecido, necesidad de dejar la mirada libre y tratar de recoger la pequeña belleza que pueda encontrar.






jueves, 19 de enero de 2012

Hora dorada




Fueron apenas unos instantes, el sol emanó un aura dorada y las palmas se tiñeron de esa luz. Apenas pude tratar de detener ese momento, cuando regresé ya había comenzado a extinguirse el resplandor.

Era la primera foto de un año que ya concluyó, y ese momento de luz tan especial se grabó en mi mente. Un año después, el mismo día, de nuevo los mismos rayos tiñeron cuanto me rodeaba, me sorprendió reencontrarme con ese instante, aunque esta vez sólo lo grabé en mi retina.

La luz cambia y no hay dos atardeceres iguales, el cielo estará más o menos pintado de nubes. A pesar de todo, estoy segura de que no me engaña mi memoria. Vienen a mi mente construcciones ancestrales cuya orientación estuvo cuidadosamente calculada para que el sol se ocultara el día preciso en una ubicación concreta, Teotihuacán.

La mirada aprende a ver contemplando su alrededor.

martes, 10 de enero de 2012

Azul



Sé que no es una gran foto, probablemente ni siquiera lo sea, soy consciente de todos los aspectos técnicamente mejorables. Pero algo en ella hace que me sumerja y la contemple.

Quizá sea por su valor onírico.

Otro lugar clásico, pero nuevo para mí. Nuevamente un mapa, esta vez no había posibilidad de fallar, y una hora antes de que surgiese la luz ya estaba aproximándome al sitio, pero inevitablemente, me pierdo.
Di con él con suerte tras muchas vueltas, me prometí que mi próxima compra sería un buen GPS.

Esperando descubrir cómo sería ese amanecer contemplo rápidamente el lugar, buscando posibles encuadres, este me gustó, fue de los primeros disparos, pero al no acompañar el viento, me desplacé en busca de mejor suerte.

No fui testigo de espectaculares luces, fue un amanecer azul, sólo un leve rosa ya con el sol alto. Creo que una vez más no me traje fotografías, sino otro tipo de impresiones y momentos menos tangibles si cabe que la luz.