martes, 27 de diciembre de 2011

Infinito




Me encontraba visitando un castillo que conocía desde mi niñez. Cuántas veces lo había contemplado desde la playa, y apenas había podido adivinar lo que se escondía tras sus muros. Por fin, este verano, tras su reciente reconstrucción y apertura al público tuve la oportunidad de recorrer sus estancias y recrearme en cada rincón.

No pude evitar detenerme ante esta ventana. Numerosos pensamientos vinieron a mi mente, ¿Cuántos anteriormente se habrían detenido, como yo, en aquel lugar para contemplar ese fragmento de infinito? Los muros reconstruidos atestiguaban que algún día volverían a caer, no así aquello que encerraban en aquel hueco.

Meditaba también durante la visita sobre la Vida que es y pasa a ser de otra forma más allá, tras la pérdida de una magnífica persona, ligada también a mi vida desde siempre, como esta fortaleza que ahora recorría. Me detuve, y quise detener el tiempo, ya de por sí detenido, dedicándole interiormente esta mirada.

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